MAPOMA 2011 II: We few, we happy few

Si hemos de morir, ya somos bastantes, y si hemos de vivir,
Cuantos menos hombres seamos, mayor será nuestra porción de honor.
Te lo ruego, no desees un solo hombre más.
No codicio el oro,
Ni me importa quién se alimente a mi costa;
No me angustia si los hombres visten mis ropas;
Esos asuntos externos no ocupan mis deseos:
Pero si es pecado codiciar el honor,
Soy la más pecadora de las almas vivientes.
No perdería un honor tan grande
Como el que un solo hombre creo que me arrebataría
Por lo que más deseo.
Que el que no tenga estómago para esta pelea,
Que parta; se redactará su pasaporte
Y se pondrán coronas para el viático en su bolsa:
No quisiéramos morir en compañía de un hombre
Que teme morir en nuestra compañía.
El que sobreviva a este día y vuelva sano a casa,
Se pondrá de puntillas cuando se nombre este día,
El que sobreviva a este día, y llegue a una edad avanzada,
Agasajará a sus vecinos en la víspera de la fiesta,
Entonces se alzará la manga y mostrará sus cicatrices.
Los viejos olvidan, pero incluso quien lo haya olvidado todo recordará aún
Qué hazañas realizó en ese día: entonces recordará nuestros nombres
Familiares en sus labios como palabras cotidianas
Se recordarán como si fuera ayer entre sus jarras llenas.
El buen hombre contará esta historia a su hijo;
Y nunca pasará este día hasta el fin del mundo,
Sin que nosotros seamos recordados con él;
Nosotros pocos, nosotros felizmente pocos, nosotros, una banda de hermanos;
Porque el que hoy derrame su sangre conmigo
Será mi hermano; por vil que sea,
Este día ennoblecerá su condición:
Y los gentileshombres que están ahora en la cama en Inglaterra
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,
Y tendrán su hombría en poco cuando hable alguno
Que luchara con nosotros el día de San Crispín