MAPOMA, 25 de Abril de 2010

La mañana ha empezado como estaba planificada, a las 8:00 en Correos, con encuentro del blogueros / amigos, y muchos nervios.
La crónica de los 10 kms. tiene pocas noticias, en comparación con las historias de los verdaderos protagonistas de hoy. Salida muy rápida, por un arco específico. Corría, creo que era él, Julián Bernal, el atleta veterano de más de 90 años. Nos hemos cruzado con Gebre a la altura del 2,5 (qué maravilla ver su estilo de carrera, parecía volar). A la altura de Padre Damián nos hemos separado de los maratonianos, no sin antes aplaudir a rabiar para dar ánimos a los que continuaban hacia arriba, un detalle muy bonito. En el 6 paso a Sonia, que iba sufriendo, luego no puede verla en la meta, y llegada al Retiro en la versión mini del Maratón, no sin antes decir que ha caído MMP por segunda carrera consecutiva, 53: 39, según mi Garmin. ¡Bien por mí!
Así que bastante feliz, rápido al coche a cambiarme, strip tease dominical en la calle y, para ser fiel a mí mismo, modifico sobre la marcha mis planes y en lugar de ir a Puerta del Ángel, como le había prometido a todo el mundo, me voy a Príncipe Pío para que después me dé tiempo a ir a Atocha y desde allí subir andando hasta la Meta, como se verá por las fotos, acertada decisión.



Nada más salir del Metro (también tiene su emoción ver a tantas familias moviéndose con planos por Madrid), y con un ambientazo, me encuentro con Julia y Fara, y un poco después con Halfon (Olga estaba justo al lado mío). Corredores del Club de Jaime, todos juntos. David, a quien me había encontrado en la Feria, también. Al rato pasan Pepe y Rafa, probablemente los dos tipos más felices del pelotón.


Al Metro otra vez, y para Atocha.
Allí las cosas son muy distintas. Excepto para Miguel, al que cazo con un par de fotos sin tiempo para llamarle. Mucha gente tocada muscularmente y mucha gente agotada. Voy andando con un amigo al que hace años que no veía que va corriendo casi a rastras por un tirón. Mientras tanto, llamo a Gonzalo, que me ve fugazmente.


La cuesta de Alfonso XII es tremenda. La gente que está animando lo sabe y se esfuerza tanto por empujar a los corredores como éstos por subirla. Ya hay gente tirada, asistida por los médicos. Mucho calor. En Alcalá veo a Saturnino, que es el más beneficiado de esta crónica porque se lleva un pedazo de foto, con la Puerta de Alcalá al fondo. Y también a Jaime. Deben alucinar al verme en el suelo con la cámara.



En el Paseo de Coches, entrada triunfal, veo a Javier, y luego, ya más tarde, andando, a Risco, que me dice que va reventado. Qué pena. Poco después, Pepe y Rafa, no menos contentos que antes, Pepe me lanza un beso, que no le devuelvo porque ya voy con mi mujer y no es plan.



Faltan algunos, pero ya me enteraré de cómo les ha ido por los blogs.
Hay muchos nombres en esta crónica, y otros que han corrido y que no pude ver. Estos meses han dejado mucho esfuerzo para correr hoy, me hubiera gustado compartirlo desde dentro, pero no ha sido posible. Pero he disfrutado viéndoles y animándoles, y tengo que quitarme el sombrero por lo que habéis hecho. Sois grandes.

Me guardo unas fotos para el concurso de MAPOMA, a ver si hay suerte. También son historias que tienen que ver con el esfuerzo, el sufrimiento y la alegría que se han vivido esta mañana. Ya las colgaré.
Próxima carrera: Carrera de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, 1 de Mayo